“Juntarse con croatas hace que no olvides las tradiciones”

Antonio Mandaković fue el miembro más longevo que participó, con asistencia casi perfecta, en las actividades del Hogar Croata de Córdoba. Nació en la Isla de Vis, Croacia. Llegó a Argentina en 1948 y se estableció en Córdoba. Falleció el 16 de diciembre de 2021 a sus 102 años.

Compartimos a continuación la entrevista realizada y publicada en el Anuario 2017 del Hogar Croata de Córdoba.

Antonio Mandaković recordando su país natal. Foto: Gustavo Moisés Azize.

Antonio Mandaković nació en la isla de Vis, Croacia, en la Región de Dalmacia. Llegó a Argentina en 1948. En la actualidad, vive junto a su esposa Ana María, en el barrio Cerro de las Rosas. Recuerda cada detalle de su pueblo natal. Es un conocedor de la historia croata. 

En 2017, asistió desde la primera hasta la última: comenzó en el acto del mes de abril por la conmemoración del 76° aniversario de la independencia croata (1941). En esa oportunidad, brindó unas palabras a los presentes, recordó su experiencia en aquel momento de la historia. Asistió al concierto que brindó el grupo musical Oliver Tribute; así como al almuerzo por la conmemoración del 26° aniversario de la independencia croata. Y el último evento del año al que asistió fue el 24 de noviembre en la presentación de la Klapa Vinčace y cena de fin de año de la colectividad. Durante esa noche, Antonio cantó junto a los integrantes de la formación coral. “Juntarse con croatas hace que no olvides las tradiciones”, dice Antonio. Hoy, es el miembro del Hogar Croata de Córdoba más longevo que sigue participando de las diferentes actividades de la colectividad.

El menor de la familia

Antonio es el menor de diez hermanos. Vivió en Vis hasta sus diez años cuando viaja a Split a estudiar y vivir con su tío sacerdote. Estudió en el seminario para llegar a ser cura pero no era su vocación. Luego, fue a vivir con una de sus hermanas a Zagreb, dónde terminó el secundario. En esa ciudad, cursó los primeros años en la Facultad de Derecho pero no pudo concluir sus estudios universitarios ya que, por razones de la Segunda Guerra Mundial, dejó su país. Hoy se considera “un inmigrante político”. 

Echar raíces

Llegó a Argentina en 1948 con 28 años. Vino solo. Su primer albergue fue el Hotel de los Inmigrantes, en Buenos Aires. Tuvo varios trabajos: empleado de una tintorería, peón de albañil, medio oficial electricista, empleado de una fábrica textil, entre otros. Viajó a otras localidades en busca de mejora laboral, hasta que llegó a Córdoba.

Desde su llegada a Córdoba, en 1955, se contactó con otros croatas que ya estaban en la ciudad. Comenzó a trabajar con algunos de ellos poniendo tejas. En aquellas épocas, el Hogar Croata estaba por avenida Patria y había más de un bar croata. “Pastorino” era uno de ellos (abierto día y noche) allí conoció a su dueño Ljubo Čiklić con el cual entablaron una amistad. Este bar estaba en la esquina de San Martín y Humberto Primero y asistían los croatas más democráticos. El otro bar era el “Adria”, en calle Oncativo -más de Pavelić-. Y el bar pro Tito (Josip Broz) estaba sobre Avenida Patria, asistían  los que llegaron luego de la primera Guerra Mundial.

En 1956 ingresó a trabajar en Kaiser Renault, dónde había también, otros compatriotas. Conoció a su esposa, en el ámbito laboral. En 1961 se casaron y tuvieron dos hijos: María Ana y Adrián.

Antonio Mandaković junto a su esposa Ana María. Foto: Gustavo Moisés Azize.

Antonio sostiene que es el primer croata de la nueva inmigración -la política, luego del ´45- que se animó a viajar, a la Yugoslavia de Tito. Aquel viaje lo realizó junto a Ana María y a sus hijos. “Cuando dije que iba, me decían: “Vos sos loco”. Yo tenía una correspondencia con los míos. Y me dijeron que no estaba en ninguna lista negra. En setiembre de ´71 me fui por dos meses”. 

Durante esta charla con Antonio, en el living de la casa, su esposa, escucha y comenta, para aportar en esta historia: “Estudié idioma croata para ir al primer viaje a Croacia. Yo hablaba croata en mis viajes. Iba sola a la feria y al supermercado. No hablaba perfecto, pero me entendían”. Ana María si bien no tiene ascendencia eslava, aprendió de sus tradiciones y a amar a Croacia. Si hubiera un reconocimiento por asistencia perfecta a las actividades que organiza el Hogar Croata de Córdoba Ana María y Antonio serían dos de los galardonados.

Texto: Verónica Sudar

Parte de la nota publicada en el Anuario 2017 del Hogar Croata de Córdoba: https://infocolectividades.com/wp-content/uploads/2018/04/c2a9-anuariocroata2017-pdf-alta1.pdf


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