Hay un mundo posible donde la paz es la única victoria

En un mundo donde el estruendo de la guerra resuena,
clamamos por la paz con una voz que no se apaga.

No más bombas que arrancan los sueños de raíz,
ni niños que confunden juegos con escombros.
Que la poesía sea nuestro grito de batalla,
una lucha sin armas que vence al olvido,
donde cada palabra construye y no destruye,
y cada estrofa es un soldado que deserta de la sinrazón.

Que este poema sea un canto de vida en la tormenta,
un recordatorio de que la guerra no tiene vencedores,
solo vidas que se pierden en el eco de las balas,
y un futuro que espera, paciente, tras el último disparo.


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