🇦🇲 El genocidio armenio, también conocido como holocausto armenio o Gran Crimen, fue un evento trágico que ocurrió durante la Primera Guerra Mundial. En vísperas de la guerra, la población armenia en el Imperio otomano ascendía a dos millones de personas. Sin embargo, para 1922, quedaban menos de cuatrocientos mil armenios. El resto, alrededor de un millón y medio, perdió la vida en lo que los historiadores consideran prácticamente de modo unánime un genocidio¹.

Aquí están los detalles clave sobre este oscuro episodio histórico:

1. Contexto: Durante la segunda mitad del siglo XIX, surgieron los primeros movimientos nacionalistas entre la población armenia. Sin embargo, tras la derrota en la guerra ruso-turca de 1887-1888, el Imperio otomano se vio obligado a aceptar condiciones que no favorecían la creación de un Estado armenio independiente. Los armenios comenzaron a organizarse en Europa, pero sus esperanzas se desvanecieron cuando los Jóvenes Turcos tomaron el poder en 1908.
2. Arresto y Ejecución: El 24 de abril de 1915, un día antes del desembarco aliado en la península turca de Galípoli, las autoridades otomanas arrestaron a la élite intelectual y política de la comunidad armenia. Hasta 250 personas fueron ejecutadas en centros de detención en Ankara. Este fue el comienzo de una serie de atrocidades que afectaron a la población armenia¹.
3. Deportación y Exterminio: Entre 1915 y 1923, el gobierno de los Jóvenes Turcos llevó a cabo la deportación forzosa, el asesinato y el intento de eliminar la cultura armenia. Se calcula que entre un millón y medio y dos millones de personas armenias fueron perseguidas y asesinadas. Las masacres, el hambre y las condiciones inhumanas marcaron este período oscuro en la historia armenia².

Este genocidio ha dejado una profunda huella en la memoria colectiva y sigue siendo un tema de debate y reconocimiento en la actualidad.

¿Cuál fue la reacción internacional ante el genocidio armenio?

La reacción internacional ante el genocidio armenio fue variada y evolucionó con el tiempo. A continuación, se presentan algunos aspectos destacados:

1. Silencio Inicial: Durante el período en que se desarrolló el genocidio (1915-1923), muchas naciones y líderes mundiales guardaron silencio o minimizaron la gravedad de los acontecimientos. Esto se debió a una combinación de factores geopolíticos, intereses económicos y la falta de conciencia pública generalizada.
2. Informes y Testimonios: A pesar del silencio oficial, algunos individuos y organizaciones documentaron los horrores del genocidio. Misioneros, diplomáticos y periodistas extranjeros informaron sobre las masacres y deportaciones. Los testimonios de supervivientes también comenzaron a circular.
3. Reconocimiento Tardío: Después de la Primera Guerra Mundial, el Tratado de Sèvres (1920) incluyó disposiciones para la creación de un Estado armenio independiente. Sin embargo, el Tratado de Lausana (1923) anuló estas disposiciones y no mencionó el genocidio. La negación oficial por parte del nuevo gobierno turco dificultó el reconocimiento internacional.
4. Reconocimiento Actual: A lo largo de las décadas, varios países y parlamentos han reconocido oficialmente el genocidio armenio. Algunos de los primeros en hacerlo fueron Uruguay (1965) y Chipre (1975). En 1985, el Parlamento Europeo también reconoció el genocidio. En años más recientes, países como Alemania, Francia, Canadá y Argentina han seguido su ejemplo.
5. Turquía y la Negación: El gobierno turco ha mantenido una postura de negación oficial, argumentando que las muertes fueron resultado de la guerra y no un genocidio planificado. Esto ha generado tensiones diplomáticas y debates en foros internacionales.

En resumen, aunque hubo un silencio inicial y una falta de acción inmediata, el genocidio armenio ha sido reconocido por muchos países y organizaciones como un evento trágico y una violación masiva de los derechos humanos .

Por su parte Argentina reconoció oficialmente el genocidio armenio. El 1 de septiembre de 1987, el entonces presidente Raúl Alfonsín pronunció un discurso ante la comunidad armenia en Argentina, calificando la masacre de un millón y medio de armenios a manos de los turcos entre 1915 y 1923 como un «genocidio»¹. Este reconocimiento marcó un hito importante en la historia de las relaciones entre Argentina y Armenia.

Posteriormente, en 1995, el presidente Carlos Menem vetó una ley que habría reconocido oficialmente el genocidio armenio. Sin embargo, finalmente, el 11 de enero de 2007, durante la presidencia de Néstor Kirchner, se firmó la ley 26.199, que oficializó el reconocimiento del genocidio armenio en Argentina².

Además, la Justicia argentina también reconoció el genocidio del pueblo armenio en un fallo emitido por el juez Oyarbide³. A lo largo de los años, Argentina ha mantenido su compromiso con la memoria histórica y la justicia en relación con este trágico episodio.

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