Más de 122 millones de personas han sido desplazadas forzosamente, según ACNUR, mientras la financiación humanitaria se agota, poniendo en jaque la asistencia a quienes buscan seguridad.

Cada 20 de junio, el Día Mundial del Refugiado nos recuerda la dignidad y el derecho a protección de quienes se ven obligados a huir de sus hogares debido a conflictos y persecuciones. Sin embargo, la conmemoración de este año se tiñe de preocupación ante las cifras «insosteniblemente altas» de desplazados y la creciente escasez de fondos humanitarios, según lo declarado hoy por ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados.

El Informe anual de ACNUR sobre Tendencias Globales, también publicado hoy, revela un panorama desolador: a finales de abril de 2025, 122,1 millones de personas se encontraban desplazadas forzosamente. Esta cifra representa un incremento significativo respecto a los 120 millones registrados el año anterior, marcando una década consecutiva de aumentos. Conflictos como los de Sudán, Myanmar y Ucrania, junto con la «constante incapacidad de detener los combates», son los principales impulsores de esta crisis global.

Filippo Grandi, Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, lamentó que «Vivimos en una época de intensa volatilidad en las relaciones internacionales, en la que las guerras modernas crean un panorama frágil y desgarrador, marcado por un agudo sufrimiento humano». Hizo un llamado urgente a «redoblar nuestros esfuerzos para buscar la paz y encontrar soluciones duraderas para los refugiados y otras personas forzadas a huir de sus hogares”.

Entre las personas desplazadas, 73,5 millones son desplazados internos (con un fuerte aumento de 6,3 millones), mientras que 42,7 millones son refugiados que han cruzado fronteras. Sudán encabeza la lista con 14,3 millones de desplazados, superando a Siria (13,5 millones), Afganistán (10,3 millones) y Ucrania (8,8 millones).

El informe también destaca que, contrariamente a la creencia popular, el 67% de los refugiados permanece en países vecinos, y los países de renta baja y media acogen al 73% del total mundial. De hecho, el 60% de los desplazados nunca cruza las fronteras de su propio país.

A pesar de que el número de desplazados se ha duplicado en la última década, la financiación de ACNUR se mantiene en niveles de 2015, afectada por «brutales recortes». Esta situación es crítica, ya que expone a los refugiados y a quienes huyen del peligro a una mayor vulnerabilidad.

Aunque el panorama es sombrío, Grandi señaló un «rayo de esperanza» en los últimos seis meses: casi dos millones de sirios han podido regresar a sus hogares, y en total, 9,8 millones de personas desplazadas forzosamente regresaron a sus hogares en 2024, incluyendo 1,6 millones de refugiados (la cifra más alta en dos décadas) y 8,2 millones de desplazados internos. Sin embargo, muchos de estos retornos ocurrieron en condiciones adversas.

ACNUR insta a la comunidad internacional a mantener la financiación de sus programas, fundamentales para salvar vidas, facilitar retornos y reforzar infraestructuras básicas en las comunidades de acogida, considerándolos una inversión crucial para la seguridad regional y mundial.